¿Qué es la catarata congénita e infantil?

 

La catarata congénita se encuentra entre las principales causas de ceguera tratable en niños y el diagnóstico precoz y tratamiento tienen vital importancia para minimizar la ambliopía (disminución de visión de un ojo) y mejorar la recuperación visual.
Se considera catarata congénita cualquier opacidad del cristalino del ojo que impide la entrada de la luz, presente al nacer o que se puede detectar en los primeros meses o años de vida.
El cristalino del ojo es una estructura normalmente transparente que se encuentra situada justamente por detrás de la pupila (el círculo negro que vemos en el centro del ojo). Su función es enfocar las imágenes, dejar paso a la luz para que llegue a la capa de tejido sensitivo (la retina) que se encuentra en la parte posterior del ojo, y proporcionar poder dióptrico.

La catarata compromete la visión si son totales o centrales y de tamaño y densidad importante como para cubrir la pupila.

Pueden ser unilaterales o bilaterales, ir acompañadas o no de otras anomalías oculares (microftalmia, persistencia de vítreo primario) y también pueden ser hereditarias. Aunque también existen otras causas como infecciones intrauterinas, síndromes cromosómicos, enfermedades metabólicas y renales. El oftalmólogo y el pediatra deben descartar patologías asociadas.